NUESTRO ADN
Nuestro ADN:
La identidad de la iglesia está arraigada en las características de Cristo y cómo buscamos reflejar esas cualidades en nuestro comportamiento, recordando nuestra posición como herederos de Dios y coherederos con Cristo según Romanos 8:17.
Espiritual:
Ser espiritual es tener una influencia centrada en Dios, fundamentada en la verdad bíblica y guiada por el Espíritu Santo. Valoramos ser enseñables y humildes, fomentando una cultura de amabilidad, confianza, lealtad y honor. También tenemos un corazón de siervos mientras nos enfocamos en construir el reino y estamos llenos de Fé para Escuchar, Creer y Hacer la voluntad de Dios.(Gálatas 5:24-25, Ezequiel 11:19, 1 Tesalonicenses 5:18)
Servicial:
Ser servicial implica estar dispuesto a ayudar a los demás, brindando apoyo, asistencia y colaboración. Esto implica ofrecer un servicio de excelencia, no de perfeccionismo, sino siendo íntegros con una conducta irreprochable, ejerciendo nuestra labor con amor a Dios y a los demás como a nosotros mismos, mientras servimos con humildad y lideramos con compasión.
(Mateo 22:37-39, Colosenses 3:23, Mateo 7:12)
Relacional:
Ser relacional es valorar las relaciones sobre los resultados. Mostramos integridad al ser humildes, honestos, confiables y responsables entre nosotros y ante el Señor. Estamos unidos en apoyar las necesidades de nuestra organización, colaborando juntos, siendo accesibles en cada situación, divirtiéndonos mientras servimos lideramos y apoyamos a nuestro departamento. También somos compasivos, extendiendo misericordia y gracia equilibradas con la verdad.
(Gálatas 6:10, Efesios 4:32, Proverbios 27:17)
Nos comprometemos a amarnos, valorarnos, respetarnos y protegernos mutuamente. Por lo tanto, elegimos continuamente lo siguiente.
Invertir plenamente en las relaciones mediante:
Escucharnos los unos a los otros.
Animarnos y afirmarnos unos a otros.
Ofrecer, solicitar y recibir comentarios honestos.
Creer en las mejores intenciones de los demás.
Resolver el conflicto con el perdón y la reconciliación.
Ser vulnerables, enseñables y humildes el uno con el otro.
Reflejarnos en los demás.
Potenciar plenamente las relaciones mediante:
Confiar el uno en el otro, dentro de parámetros saludables.
Tener integridad al participar en confrontaciones constructivas. Ayudar a desarrollar mutuamente el potencial y crecimiento personal. Caminar en unidad, gracia y verdad.
Enfocarnos en las tareas presentes.
Ser responsables de producir rendimientos productivos.
Extender la oportunidad de fomentar una confraternidad divertida y saludable.